Planifica el aprendizaje atendiendo fundamentalmente los intereses de los alumnos y los objetivos que se derivan de las necesidades intelectuales, socioeconómicas, culturales y espirituales de la comunidad.
Entiende el verdadero valor de su colaboración con la Institución a través del acompañamiento a sus alumnos en eventos extraordinarios fuera del horario escolar.
Propicia un clima armónico de respetuosa convivencia, igualdad, libertad y seguridad personal de cada uno de sus alumnos. Elimina tensiones y temores en los alumnos procurando una sana expresión y una fecunda producción tanto individual como grupal.
Entiende su rol como guía y como facilitador del aprendizaje. Estimula a sus alumnos en sus iniciativas y realizaciones personales. Los ayuda a aprender por sí mismos.
Emplea variados procedimientos de enseñanza priorizando una metodología activa que fomente la creatividad y ayude a encontrar el sentido del aprendizaje en sus alumnos. Motiva para llegar al conocimiento.
Es capaz de detectar, confrontar y solucionar diversas problemáticas que pueden existir en un alumno o en un grupo de alumnos.
Conoce, respeta y defiende el proyecto educativo de la institución en la cual está inserto. Reconoce y respeta la autoridad de sus coordinadores y directivos y procura propiciar, a través de una clara actitud de discreción y prudencia, un clima de diálogo y de respeto entre sus colegas y demás componentes de la Comunidad Educativa. Su papel consiste en analizar y comprender las necesidades, intereses y objetivos singulares de los estudiantes, así como prestarles ayuda en la definición de sus objetivos personales y grupales.
En relación con el contenido y actividades de aprendizaje, motiva al alumno para que asuma responsabilidades, brindándole la oportunidad de ejercer el control sobre la dinámica de trabajo, creando un clima de seguridad y confianza, es decir todo lo que implica una dinámica participativa y auto-directiva del proceso de aprendizaje.