Interpretamos que la verdadera educación consiste en la formación integral de la persona, favoreciendo la fraternidad y solidaridad entre los integrantes de la sociedad para poder vivir en armonía y concordancia con la naturaleza. Apuntamos a la formación de una persona, única e irrepetible, responsable de su vida, gestora de su propio futuro, desarrollando armónicamente todas las potencialidades que como individuo posee, perfeccionando sus facultades, avanzando en el conocimiento y la adquisición de nuevas competencias y habilidades, que le permitan operar eficazmente en la sociedad.
En este marco de trabajo es imprescindible la participación de los padres, por desempeñar el rol fundamental de la familia al dar bases sólidas a la educación y formación de sus hijos. La institución acompañará y se comprometerá en apoyar al alumno durante su etapa de crecimiento.